El
«sado» revitaliza cuerpo y mente
ABC.ES / MADRID
Día
03/06/2013 - 18.10h
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Una mujer leyendo con Antifaz y Esposas |
Un
estudio publicado en «The Journal of Sexual Medicine» señala que los amantes de
este tipo de prácticas sexuales son mentalmente más fuertes.
Un
estudio publicado en «The Journal of Sexual Medicine» revela que las personas
aficionadas a prácticas sexuales como la servidumbre y el sadomasoquismo están mentalmente
más equilibrados que el resto.
Las prácticas
BDSM (Bondage, Dominación, Sadismo y Masoquismo) aunque parecen ser una
mera acción física, en realidad se consideran una cultura basada en el consenso
para moverse correctamente entre el uso seguro de la palabra, el fetichismo,
etc.
En la
última edición del «Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos
Mentales», utilizado por médicos, psiquiatras y psicólogos de todo el
mundo, señala que el BDSM no es una enfermedad, sino más bien una «fijación
sexual inusual».
Los
estudios realizados por Andreas Wismeijer y Marcel van Assen,
investigadores de la Universidad de Tilburg en los Países Bajos, tienen
su origen en la voluntad de comparar los resultados obtenidos a partir de una
amplia variedad de pruebas psicológicas por los aficionados a este tipo de
prácticas sexuales y los que no.
Los
participantes desconocían el propósito. En la investigación examinaron
a 902 personas BDMS y 434 que no lo eran. Todos ellos tuvieron que
completar unos cuestionarios que incluían preguntas sobre su personalidad, su
capacidad de manejar el rechazo, el estilo de apego en las relaciones y su
bienestar en general.
Ninguno
de los participantes fueron informados sobre el propósito de la investigación y
el resultado fue más que sorprendente ya que las puntuaciones más altas se registraron
en aquellas personas que en las prácticas de BDSM desempeñan el papel
dominante. El segundo lugar fueron para los interruptores, (los que
alternan los papeles de amo y sirviente), mientras que en el tercer puesto se
sitúan los sumisos. En el último lugar, con las puntuaciones más bajas
se encuentran las personas que no practican
este tipo de relaciones sexuales.
De
acuerdo con el estudio, los amantes del BDSM son más sociables, más abiertos a nuevas
experiencias y menos neuróticos. En los resultados demostraron tener una menor
sensibilidad al rechazo de los demás, parámetro que mide cuando una persona
es paranoica sobre la idea de no complacer a los demás, y además les situaron
como los más confiados y serenos en las relaciones personales. Los
investigadores creen que el secreto de estas muestras en los aficionados a
estas prácticas sexuales tienen lugar en su mayor conocimiento de sus
necesidades y deseos sexuales, situación que hace disminuir la frustración
física y emocional en las relaciones.
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